Los orígenes de la Integral Definida se remontan a unos trecientos años A. C. en Egipto y se consolida a mediados del siglo XVII con Newton y Leibniz. En la actualidad con el uso de herramienta digitales esta noción se ha robustecido.
En determinadas condiciones la integral indefinida se realiza haciendo una sustitución que incluye una función trigonométrica, de ahí el nombre de sustitución trigonométrica.